Por: Andrea Tíjaro.
Una dinámica de transformación radical en organizaciones públicas y privadas se ha venido efectuando en el mundo, la cual responde a la competencia de los mercados en un proceso continuo de transformación en un contexto de globalización y apertura de economías internacionales.
Este proceso ha generado una dinámica de transformación radical en las organizaciones públicas y privadas en el mundo. En efecto, la búsqueda de la competitividad ha obligado a las instituciones a abandonar estructuras organizacionales complejas y tediosas, basadas en divisiones internas o unidades funcionales que operan como comportamientos estanco por nuevas propuestas flexibles, simples y funcionales, fundamentadas en el logro de objetivos institucionales a través de una adecuada gestión de programas definidos como un conjunto de proyectos orientados al logro de un objetivo institucional, considerablemente menos costosas que las tradicionales.
Así, la gestión de proyectos es fundamental al interior de la empresa para cumplir con los objetivos institucionales. Parte de los cambios que se han gestado con el pasar del tiempo en la ejecución de proyectos es la opción de ponerlo en marcha por medio de la contratación externa (out sourcing). No obstante, todas estas tendencias forman parte del esfuerzo por lograr un objetivo, el cual, a la vez hace una contribución al logro de la misión institucional.
No obstante, existen varios factores que afectan la realización exitosa de proyectos. Tales como los componentes culturales. Las personas que participan en el mismo, constantemente afectadas por la cultura organizacional deben tomar decisiones que determinan la ejecución del proyecto de forma asertiva o dañina, “Las decisiones tomadas alrededor del mismo pueden ser vistas de diversas formas por los miembros de la organización y dependiendo de ello, asumirán posiciones contributivas, detractoras o imparciales sobre el proyecto o sobre sus miembros”2.
La situación por la que atraviesan las empresas es otro factor que afecta la ejecución del mismo, sin embargo, también depende de la fase o el momento en que se encuentra. Existen factores muy subjetivos de corte emocional, como el compromiso de sus miembros.
La resistencia al cambio es uno de los que más afecta negativamente la evolución de éstos, “la resistencia al cambio generado por la sensación que produce salir de la zonas de seguridad a la que nos acostumbramos con una determinada forma de hacer las cosas”2, permea el esfuerzo conjunto con un aire de inadecuada administración. Sin embargo, el exceso de cambios, sobre todo repentinos tampoco es recomendable, al no permitir la culminación de tareas o finalización de entregables esperados en una determinada fase del proyecto.
En este sentido, es de esperase que se presente oposición frente a decisiones que fomenten el cambio, no obstante éste es necesario en la reformulación de estrategias implementadas y en la consecución de otras que encaminan la gestión de proyectos con una visión integral, la clave hacia el éxito de las instituciones.
Referencias:
1- Banquero Lozano, Harold Enrique. Gerencia integral de proyectos: Un enfoque de ciclo de vida. Santiago de Cali: Unidad de Artes Gráficas, Universidad del Valle. Facultad de Humanidades, 2001.
No hay comentarios:
Publicar un comentario